
Gana con 7 golpes contra 2 - Matador
Campaña de Despedida - Vladdo)
El autoritarismo, una de las características que parece ser recurrente en Latino América, se ve manifestada en la concentración de poderes, es decir, la difusa división y límite entre las tres ramas de poder, legislativo, ejecutivo y judicial. Por otra parte se hace evidente en los intentos por parte del ejecutivo de perpetuarse en el poder, muchas veces ignorando la normatividad preestablecida o intentando saltarla o evadirla con tal de permanecer en la dirección estatal.
Pero ¿Cuál es la consecuencia de este autoritarismo? ¿Por qué se da este autoritarismo y cuáles son sus repercusiones sobre los derechos fundamentales?
En primera instancia, podemos afirmar que el Autoritarismo atenta directamente contra la democracia y el sistema jurídico en sí, pues entre mas se da un desdibujan los limites de las ramas o se cooptan los demás poderes, mas fácil se vuelve que la persona que ocupa el ejecutivo disuelva los pesos y contrapesos que impiden la impunidad, reducen la corrupción y que le den un carácter pluralista
De esta manera se va dando un intento de perpetuación en el poder sin que necesariamente se convierta en una dictadura. Tenemos por ejemplo el caso de Colombia en el cual el Presidente Álvaro Uribe, que fue elegido por dos periodos, intento quedarse un periodo más en el poder por medio de un referendo. La ley por la cual se convocaba a referendo tenía varios vicios formales insubsanables que demuestran el intento por saltar y torcer los marcos legales preestablecidos para realizar este tipo de reformas, que buscaban favorecer una sola persona, una típica evidencia de autoritarismo en un sistema jurídico. Si esta ley que buscaba modificar el artículo de la constitución colombiana hubiera sido aprobada por la Corte Constitucional, es probable que Uribe hubiera podido permanecer otro periodo elegido “democráticamente”. Este ejemplo explora otro punto y es la desigualdad de oportunidades que se da entre un mandatario y los demás candidatos para ocupar la presidencia.
Si bien existen leyes, como la Ley de Garantías en Colombia, que busca garantizar la igualdad entre los candidatos que compiten por la Presidencia, estas leyes se quedan cortas puesto que el Presidente, saliendo o no, por canales institucionales, ocupa un cargo que indudablemente recibe constante atención de los medios de comunicación, que se convierte en una cierta publicidad pasiva contra la cual los otros candidatos no pueden competir, evitando la posibilidad de que se dé una alternancia en el poder.
En otras ocasiones, el autoritarismo no utiliza la democracia para perpetuarse sino que por el contrario, ataca los procedimientos y las bases mismas del estado de derecho que garantizan la democracia, causando reducción y limitación drástica. Este es el caso de Venezuela, donde rápidamente se fueron cooptando y manejando las diferentes ramas hasta alcanzar la opresión y la censura de varios medios de comunicación como Globo visión, y por otra parte atacando la oposición y abriéndole procesos injustificados que han limitado y oprimido drásticamente la libertad de opinión y expresión permitiendo lo que Catalina Botero, Relatora Especial para la Liberta de Expresión de la Organización de Estados Americanos, denomina “El Silencio”. Este silencio permite que ocurran actos que vulneran la dignidad y los derechos humanos de las personas sin que haya una sola voz o medio que los denuncie y los convierta en actos justiciables, pero la situación es más compleja cuando el Silencio es utilizado y promovido por el Estado mismo.
En ambos casos, el argumento se volvió que la voluntad del pueblo debe primar sobre los reglamentos y marcos legales, puesto que el pueblo, siendo el constituyente primario, puede dictar y acomodar el sistema a sus necesidades. Sin embargo, esto resulta incompatible con los derechos individuales de las personas pues la voluntad del pueblo debe mantenerse bajo unos mínimos lineamientos o de lo contrario se cometen actos que si bien son aprobados por el pueblo, violan sistemáticamente los derechos y la dignidad humana, el ejemplo más claro de un pueblo unido que legitimo cambios sistemáticos y violaciones abominables es el holocausto nazi.
Así pues concluimos que el autoritarismo resulto un elemento recurrente en la historia de los países, ya sea por su actualidad o por su presencia en el pasado pero al parecer siempre ha estado y parece que seguirá estando por mucho tiempo. Esto constituye uno de los retos de la democracia y de los Estados de Derechos Latino Americanos en el siglo XXI. Eliminar este vestigio y esta aflicción crónica que tanto daño ha realiza a nuestros pueblos.
Por: Juan Felipe Rivera
No hay comentarios:
Publicar un comentario